miércoles, 27 de mayo de 2009

Golpe de Estado de 1992

Golpe de estado de febrero de 1992
Artículo principal: Golpe de Estado de febrero de 1992 en Venezuela
A las 11:00 (UTC) del 4 de febrero de 1992, comenzó la sublevación con comandos operando simultáneamente en Maracaibo, Caracas, Valencia y Maracay. En Maracaibo, Francisco Arias Cárdenas logró apoderarse de la sede del gobierno regional y toma prisionero al Gobernador del Zulia, Oswaldo Álvarez Paz. En Caracas, Chávez establece su centro de operaciones en la sede del Museo Histórico Militar, ubicado en La Planicie, en inmediaciones del Palacio de Miraflores, mientras que sus fuerzas toman la estación estatal Venezolana de Televisión. Otro grupo se enfrenta a la Guardia Nacional en La Casona, mientras que otros intentaron tomar el Palacio de Miraflores.[5] Chávez decidió rendirse y pide hacerlo por televisión. En horas del mediodía Chávez se presentó ante las cámaras de televisión diciendo "Buenos días", luego identificó su movimiento: "este mensaje bolivariano". Reconoció la labor de sus copartidarios: "ustedes lo hicieron muy bien". Reconoció su derrota: "Nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder". Lanzó un reto: "lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados" Asumió la responsabilidad: "Asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano" y dio un mensaje de esperanza: "El país tiene que enrumbarse hacia un destino mejor".[6]
El recuento de muertos se dio a conocer el día 5 de febrero. De acuerdo a cifras oficiales del Ministerio de la Defensa,[7] hubo 14 muertos y 53 heridos. No obstante, estimaciones extraoficiales ubican dicho saldo en 50 muertos y más de 100 heridos.[8]
Los combatientes en Valencia y Maracay se rindieron, mientras Chávez era llevado prisionero al Cuartel San Carlos al norte de Caracas. Al día siguiente de la rebelión, el ex-presidente Rafael Caldera, parlamentario y principal dirigente del partido Social Cristiano COPEI (COPEI), dirigió un discurso ante el Congreso en el que atacó duramente a Pérez, justificando en cierta forma el alzamiento militar ("No se le puede pedir al pueblo que defienda la democracia cuando tiene hambre"). A los pocos días, el gobierno decide trasladarlo a una cárcel ubicada en San Francisco de Yare, estado Miranda. El 27 de noviembre de ese mismo año otro grupo de oficiales, generalmente de la Fuerza Aérea, se sublevan infructuosamente contra el gobierno. Todos estos hechos debilitaron al gobierno de Carlos Andrés Pérez. Se inició un juicio en el Congreso que culminaría con su remoción de la presidencia el 20 de mayo de 1993, acusándolo de corrupción. Rafael Caldera fue el principal beneficiado político de la rebelión. Pocos meses después Caldera se deslinda del Partido Social Cristiano COPEI, fundó "Convergencia" y se lanza a la candidatura para las elecciones presidenciales de 1993, las cuales ganó, mientras que Chávez, desde la cárcel llamó a la abstención.
Chávez, junto con los principales líderes de la intentona, pasó 2 años en la prisión de San Francisco de Yare esperando juicio. Allí coescribió Cómo salir del laberinto, mientras su popularidad aumentaba. Chávez fue liberado el 27 de marzo de 1994 tras el sobreseimiento que le otorgó Caldera, como parte de un acuerdo político con sectores de izquierda, como el MAS y el PCV,[9] para lograr apoyo a su gobierno.